Algunos DJs irrumpen en la escena como una supernova, desvaneciéndose tan rápidamente como aparecieron. Otros llevan años, incluso décadas, en abrirse camino, pero son esos los que causan un mayor impacto, gracias a una vida de sabiduría musical acumulada. Mike Servito es un ejemplo perfecto de lo último. Su carrera está definida por un ascenso lento y constante a las ligas superiores del mundo de los DJs, y en el camino ha perfeccionado un estilo vibrante que combina elementos de house, ácid y techno; un sonido que rinde homenaje al pasado pero que también está totalmente en sintonía con el presente.

Nativo de Detroit, Servito comenzó su educación musical sintonizando a Electrifying Mojo y The Wizard (el seudónimo radiofónico de Jeff Mills). A principios de los años 90, Servito estaba listo para probar suerte en el arte del DJing. «Me sentía bastante seguro al respecto», dice. «Sabía que podía hacerlo». Y tenía razón: estando en medio de la comunidad de DJs de Detroit, internalizando el conocimiento adquirido de figuras como Mike Huckaby y Claude Young, siguió trabajando en ello hasta que se estableció como una fuerza a tener en cuenta en la escena de la Motor City, llegando a ser un miembro respetado del círculo interno de Ghostly International.

Pero Servito sentía la necesidad de un cambio del (a veces cerrado) ambiente de Detroit. A finales de los años 2000, se mudó a vivir a Nueva York sin un plan concreto. Pronto se involucró con la principal fiesta de techno de la ciudad, The Bunker, convirtiéndose en uno de sus residentes habituales. Al mismo tiempo, empezó a hacerse notar a nivel global, llenando pistas de baile en todo Estados Unidos y en todo el mundo. Pero fue la oportunidad en un festival de su ciudad natal en 2014 lo que realmente hizo que las cosas tomaran impulso.